Mafia de los contenedores

Por: María Victoria Arzamendia
M. Criminología

“Evitar los impuestos es el único esfuerzo intelectual que tiene recompensa.”
John Maynard Keynes

Podemos poner como ejemplo el caso del contenedor identificado con la sigla DRYU y el número 9793361, puesto a bordo del barco Valor en el puerto de Shangai el 10 de febrero de 2016 con una carga de 1322 rollos de tela, un peso de 26.221 Kilos y un volumen de 69,5 metros cúbicos. En el B/L (Bill of Landing: conocimiento de embarque es un documento propio del transporte marítimo que se utiliza en el marco de transporte de las mercaderías en un buque de línea regular) “madre” aparecen seis diversos exportadores y dos importadores: 5 parcelas para Textil Dik SA y la restante para Cirdio SA. Sin embargo, al desconsolidar la mercadería en el puerto de Buenos Aires, en el B/L que los importadores le muestran a la Aduana aparecen los 6 exportadores chinos y un Único importador local, Vocasser SA. 

En la documentación se produce simultáneamente un cambio de la naturaleza de la carga que ni Fu Man Chù en sus tiempos de gloria hubiera conseguido: los 1322 rollos de tela aparecen transformados en “1.322 Packages of Bijou and Flowers”, con una significativa merma de peso: de los 26221 originarios de las telas bajamos a módicos 8.340 kilos. Lo único que permaneció intacto fue el volumen ocupado: 69,5 metros cúbicos. De los peritajes realizados en las computadoras de TT Cargo SA surge que los 1322 rollos de tela fueron adquiridos por la firma Textil Dik SA, o sea que hasta el “ Cirdio SA “ del B/L chino era falso.Otro ejemplo: contenedor EMCU 9869590, cargado en el buque Valiant por la naviera Evergreen Marine Corp. 

De Taiwan, traía en su interior 2.710 rollos de tela, con un peso de 25.220 kilos y un volumen de 68 metros cúbicos. Al llegar a Buenos Aires la mercancía había mutado, solo en los papeles, en “250 bulks of plastic flowers” con un peso total de 8850 kilos. La carga arancelaria de las flores de plástico es 20 veces inferior a la de las telas, de modo que los importadores TT Cargo a nombre de Vocasser_ ganaron con el cambio del rubro y la reducción del peso a la tercera parte. 

Los casos documentados fueron 20, con diversos vendedores y consolidadores en origen pero los mismos consignatarios locales, TT Cargo y Vocasser, que resultaron ser la misma empresa. En 11 de los embarques detectados, el destinatario final de la mercadería fue la firma Rafael Saiegh e hijos. Se trató siempre de rollos de tela: una de las mercaderías con mayor carga arancelaria al momento de atravesar la aduana_ y maniobras para alterar los documentos a fin de que figuraran chucherías y disminuyera considerablemente el peso consignado. En los barcos cuando el puerto o la dársena de amarre están ocupados, los portacontenedores anclan en las inmediaciones del Pontón y es la oportunidad que aprovechan los aduaneros y los de Prefectura para subir a bordo, hacer la recorrida y especular con algún regalito, que en el peor de los casos puede ser una botella de whisky o un cartón de cigarrillos. 

Cuando los forwards o agentes de carga (ATA) cargan en un solo conteiner mercaderías de diversos exportadores destinadas a también diversos importadores, le asignan a cada parcela un documento “hijo” que va a formar parte del documento “madre” de todo lo almacenado en el conteiner y cuya emisión corresponde a la compañía naviera quienes tienen suficiente conocimiento de la normativa aduanera internacional y la consolidación queda bajo la responsabilidad y la idoneidad de estos agentes Las maniobras básicamente consistieron en: modificación del tipo y el peso de la mercadería importada, falsificación de la identidad de los verdaderos compradores, traslado de los conteiner a depósitos fiscales y posterior adulteración de la carta de porte para su retiro a plaza, sin la intermediación del destinatario final sino de una agencia “ especializada”: TT Cargo SA. 

La Procelac, elaboro un informe con el número de DNI o CUIT de cada una de las personas físicas y jurídicas relacionadas con la matufia y lo puso en manos de la fiscalía de turno. Se realizaron 50 allanamientos simultáneos, TT Cargo SA disponía de sellos, tarjetas y logotipos en caracteres o ideogramas chinos, así como direcciones apócrifas, claves bancarias, documentación fiscal, casillas de correo y domicilios de fabricantes y comerciantes de telas de Hong Kong y Shangai. En esta maniobra estuvieron envueltas nada menos que 51 personas físicas y jurídicas, varias de ellas funcionarios aduaneros, despachantes de aduana o agentes de tránsito aduanero, que a la infamia de involucrar a un cartonero como supuesto importador de telas. También estuvo envuelto un empleado jerárquico de Banco Patagonia entongado a su vez con Mariano Martínez Rojas, el pseudoempresario correntino quien fue detenido por la Interpol tras haber fraguado importaciones para cobrar la diferencia entre el dólar de mercado y el dólar “oficial” en tiempos de cepo cambiario. 

Solo por la operación fraudulenta de Martínez Rojas, nuestro país perdió 300 millones de dólares.

Enrique Vazquez (2018) Planeta, Contrabando tercierizado. Aduana Corrupción y Contrabando, pág. 220-225.


Comentarios