¿Debería un niño vivir con su madre en prisión?


Por:  Carla Ceballos.


De acuerdo a la Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP) vigente desde 2016, la edad permitida para que los niños y niñas vivan con sus madres en prisión es hasta los 3 años cumplidos. Esto depende de las reglas de cada centro penitenciario, en su mayoría oscila entre los seis meses y los seis años de edad, aunque se tuvo conocimiento de que en los establecimientos de Acapulco de Juárez y Chilpancingo de los Bravo, ambos en Guerrero, los menores de edad pueden permanecer hasta los 8 y 12 años de edad, respectivamente.

Un informe sobre mujeres privadas de su libertad realizado por la CNDH en 2015, indica que en 10 centros de los estados de Baja California, Chiapas, Distrito Federal, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Yucatán y Zacatecas, no se permite la estancia de menores de edad con sus madres internas, mientras que en el resto del país sí es permitido.

La LNEP contempla que los centros penitenciarios deben brindar para un buen desarrollo de los niños y niñas mientras su estancia; zonas para esparcimiento, buena alimentación, servicios de salud y educación de acuerdo a su edad. Pero ¿realmente se cuida y protege a los menores para que puedan tener acceso a los servicios que los centros penitenciarios deben garantizar durante su estancia?

Aunque se debe cuidar la vulnerabilidad de los menores, y su desarrollo, muchos de estos no tienen acceso al servicio de guardería y/o educación básica ya que deben permanecer con sus madres las 24 horas del día, lo que incluye las visitas conyugales...

La realidad es que a pesar de que un niño debe crecer bajo la calidez y el amor de su madre las condiciones en las que viven en los centros penitenciarios no son las más favorables para su desarrollo físico y emocional, el entorno en el que pasan los primeros años de su vida está lleno de violencia, estrés e inseguridad.

Los menores deben ser preparados para qué al salir puedan enfrentar el nuevo mundo que conocerán, para que sepan convivir con respeto con el mundo exterior, lamentablemente los menores en prisión son niños ignorados por el Estado.

Muchos de los menores que se encuentran con sus madres en los centros penitenciarios es porque no tienen más familia ni mucho menos un lugar en donde vivir, es por eso que sus madres deciden cuidarlos mientras les es permitido, en el mejor de los casos y si corren con "suerte" los niños que crecen fuera de estos centros lejos de sus madres son acogidos por tíos, abuelos o incluso vecinos que pueden o no hacerse responsables de su cuidado. 

¿Debería un niño vivir con su madre en prisión?



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