Por: Hayde Arely Cruz Ortega, Criminóloga Criminalista.
Pareciera que el ambiente urbano no es impedimento para que la delincuencia siga un curso, y que tenga bien memorizados los puntos donde la vigilancia es vulnerable. Un diseño urbano que permita la seguridad de forma natural puede ser la iniciativa a la disminución de ciertos delitos. No solo se habla de iluminación, sino de mejorar las áreas que son transitadas y los lugares que tienen la percepción de inseguridad como estacionamientos rodeados de edificios muy grandes.
El diseño de los planos de información serían fundamentales en el hecho mantener el conocimiento del punto donde nos encontramos, donde se establezcan rutas de acceso o atajos a lugares donde huir para pedir ayuda en caso de una emergencia.
Todos estos cambios requieren además de inversión, la participación de los ciudadanos para el cuidado de estas áreas, de su buen uso, limpieza y respeto de los espacios destinados para rutas de emergencia tanto para peatones como de automóviles.
Los delincuentes pueden sentirse protegidos precisamente por los lugares que le permiten ocultarse o bien, una huida fácil. Y aunque la implementación de planos con el objetivo de mejorarlos, es la población quien tendrá mera responsabilidad de ellos al exigir que se les proporcione el mantenimiento necesario.
Se necesita ayuda de la visión que tiene la Criminología en el diseño de este tipo de proyectos, pues la detección de lugares cerrados, poca visibilidad e iluminación, o el difícil acceso a rutas de evacuación es un vínculo con la delincuencia.
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