No es para nada una sorpresa
que todos los días en las noticias a nivel nacional nos enteremos de
feminicidios cometidos en distintos rincones del país. Y no, no escribo
esperando controversias de si la calificación jurídica del feminicidio debería
o no existir (porque más de alguno se siente agraviado o agraviada y andan
preguntando que para cuando el masculinicidio) escribo, esperando que algunas y
algunos cuantos logren comprender que la problemática social del feminicidio no
solo es problema de mujeres.
Si bien en el feminicidio la
víctima directa es una mujer, por supuesto que no es la única víctima en estos
hechos, pero, el feminicidio no va a desaparecer por "educar mejor" a
las mujeres (algunos y algunas piensan que "educar mejor" implica que
la mujer podría detectar a su posible agresor si es que se involucra en una
relación de riesgo) la educación en la NO VIOLENCIA debe ser integral y no se
define por el sexo de la persona, la educación que debe incluir el respeto por
el ser humano, la persona, sin distinción de ningún tipo, por supuesto que esto
inicia en casa, pero como sociedad debemos avalarla.
El problema del feminicidio no
se resolverá con prevención situacional, ni con prevención con perspectiva
victimológica, ni con pláticas sobre lo que es la violencia, esto solo son
algunas de las tantas acciones que se pueden seguir aplicando pero que no hacen
mella en este delito, al contrario sigue al alza, comprendo que aún nos falta
mucho camino por recorrer en materia de investigación, prevención, detección y
contención de la violencia contra la mujer, pero lo que si se es, que no
podemos seguirla perpetuando con las acciones que la avalan y terminan
alimentando.
El feminicidio no es un
problema de mujeres, es un problema de la sociedad, que como tal al igual que
cualquier tipo de violencia es necesario que nos "caiga el 20" de la
gravedad de la situación de la violencia en México, hemos normalizado y nos
hemos insensibilizado al respecto de este tema, porque claro, es más llevadero
para nuestra salud mental negar el problema, pero la violencia nos persigue, en
la casa, calle, redes, música, medios, videojuegos, etc., no solo nos persigue,
la fomentamos, la compartimos, la consumimos.
El compromiso en la prevención
de este delito debería ser político, institucional, social, escolar, familiar,
individual. Todos y todas por parejo, identificarnos como víctimas o como
agresores y hacer lo conducente, lo correcto, solicitar ayuda, denunciar, alzar
la voz pues.
Por donde lo veas, la
violencia no es normal y no deberíamos mirar hacia otro lado si somos testigos
de esta.
Marisol Madero Plascencia
Criminóloga
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