Durante años se ha intentado
comprender a la mente criminal, numerosos estudios, teorías, investigaciones,
etc., se han llevado a cabo para intentar comprender la conducta delictiva y
desviada del humano. Pero lo cierto es, que la delincuencia es una de las
máximas expresiones de la anormalidad humana y que conlleva riesgo social,
existen distintas opiniones del porque el ser humano delinque, pasando desde el
tan conocido concepto del criminal nato de Lombroso, teorías biologistas,
incluso aportaciones de que el ser humano se vuelve delincuente porque se
corrompe por el ambiente, como aquella afirmación de Rousseau que dice: “el
hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”.
Es importante conocer todas
estas teorías existentes que buscan darle explicación a este mal que nos
aqueja, la delincuencia, ya que es así como podemos ir planteando posibles
estrategias preventivas que pudieran tener efecto en la sociedad de manera
paulatina, aunque nos enfrentamos a un monstruo mayor, el Estado como factor
criminógeno, las condiciones sociales en las que el Estado tiene sumidos en la
pobreza a millones de mexicanos, las condiciones de vida estresantes, el
cinismo político y el nepotismo están sumiendo al país es una espiral de
corrupción que pareciera no tener salida, la política que se está haciendo es
en beneficio de unos cuantos, dejando desprotegidos a millones y millones de
mexicanos.
Ante estas circunstancias
miles de familias deben de modificar sus circunstancias de vida, niños y
jóvenes que no pueden continuar sus estudios, madres y padres que deben salir a
trabajar día y noche, dejando desprotegida a la familia, niños, jóvenes y
adultos que cometen delitos como una opción viable para poder llevar algo de
comer a su casa y muchos más que inician una carrera delictiva cansados y
hastiados de las carencias que viven.
Para poder combatir a la
delincuencia, debemos iniciar con el propio Estado, haciendo una limpia de los
malos funcionarios, saneando las estructuras políticas del país para que, con
esto y el paso de los años, pudiera ofrecernos opciones de crecimiento personal
y social.
Los programas preventivos
enfocados en los delitos, pueden ser efectivos en algunas minorías, pero
mientras el principal factor criminógeno siga siendo el Estado será muy
complicado ir generando un cambio en la sociedad.
Es por ello que por sí solas
las políticas públicas no funcionan, porque mientras sea el Estado el que esté
fallando en la realización y aplicación de las mismas, no veremos en hechos
reflejado lo que tanto clama la sociedad, que es un cambio, pero no solo de
forma sino de fondo, un cambio social que vaya de la mano con la sociedad
misma, donde nos podamos involucrar todas y todos en el crecimiento y
desarrollo del país, parece una tarea difícil, pero por algún lado debemos de
empezar.
Marisol Madero Plascencia
Criminóloga
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