Por: Marisol Madero Criminóloga
La función del criminólogo no es señalar lo que está "bien" o lo que está "mal" dentro de un sistema político. La función del criminólogo (en parte) es la creación o procuración de políticas públicas preventivas o políticas públicas criminológicas (como guste llamarles).
Hasta cierto punto es entendible que la mayoría de los políticos sean "ignorantes" en cuanto a lo que es la criminología o lo que hace un criminólogo, no los culpo, pero ¿por qué resistirse o bloquear a personas que pudieran aportar mucho a la prevención de conductas criminógenas y conductas antisociales?
La seguridad de un municipio, una ciudad, un país, debería ser primordial para cualquier político. No basta que con demagogia pura, le den "atole con el dedo" a los ciudadanos, fingir que un municipio va "bien" en materia de seguridad cuando la realidad es otra.
La prevención del delito va más allá de salir a las calles a preguntarle a la gente las problemáticas de su colonia. Va más allá de anunciar con bombo y platillo la implementación de un programa preventivo en "X" número de colonias. Generalmente (por no decir siempre) son programas fusilados de otros países que los "adaptan" a tierras mexicanas.
Todo esto sin un previo DIAGNÓSTICO, siendo que el diagnóstico (la investigación, instrumentos de medición, etc.) es base fundamental para lograr una adecuada intervención, estableciendo programas adecuados junto con estrategias preventivas.
Todo esto es política (una mínima parte de ella) gobiernos que se dan baños de "pureza" y la corrupción impera en los pasillos de su gobierno, aviadores, tráfico de influencias, negligencia, corrupción, entre muchas cosas más.
El papel que juegan los medios de comunicación en este "juego social macabro" es sin duda uno de los más cruciales, medios de comunicación que "medio" informan, otros que intentan desnudar la verdad, pero se quedan a medio camino, otros que se escudan en la bandera de proteger el municipio, ciudad o el país entero por aquello de la percepción de inseguridad y por supuesto el turismo, otros más que son "silenciados" en el camino por la delincuencia organizada, con la complicidad y complacencia de las "autoridades".
El criminólogo claro que se vuelve un crítico social (pero muchos más somos críticos y proactivos) de la política, de los malos gobiernos y es que, no es para menos, duele ver qué se desperdician los recursos en programas absurdos, que se designen a personas incompetentes en puestos que deberían ser ocupados por personas capacitadas en el tema, favoritismos, compadrazgos, favores, son solo algunos de los motivos por los que terminan ahí.
La criminología y la política no es el problema ya que estás dos pueden trabajar MUY BIEN unidas, el problema son los políticos que ejercen ese "poder" que la sociedad les otorgó y ejercen cargos públicos sin la más remota idea de que hacer, de tal forma que terminan rodeados de amistades, SIMULANDO un buen gobierno.
Lo único que me da gusto, es, que cada vez somos más las personas que hacemos las cosas distintas, que buscamos el beneficio real de la sociedad.
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