01- Nov- 2016 | Marisol Madero Plascencia
Criminóloga
En cualquier momento del
día, en las noticias, en internet, en pláticas, periódicos, etcétera, el medio
y la forma no importan mucho, sin embargo todos estamos enterados de los
estragos que la delincuencia organizada genera en nuestra sociedad. Todos alguna
vez hemos conocido o tenemos un amigo, vecino, familiar, pareja, etc. que se
cree el más peligroso de los narcotraficantes al escuchar sus famosos
narcocorridos (acompañados de cerveza, whisky o tequila, da igual el tipo de
bebida), apoyando de manera indirecta a este "finísimo gremio" de la
delincuencia organizada, muchos más, juegan a mafiosos dejándose el look de los
"buchones", piernera o mariconera cruzada, fotos con cara de matones
con pistolas reales o de juguete, que se sienten soñados yendo a exceso de
velocidad en una camioneta o coche con vidrios polarizados.
Lo
que la gente no ha querido entender es que al escuchar narcocorridos están
brindando apoyo a los delincuentes, al consumir esta clase de música fomentan
que cada día se sigan escribiendo canciones que cuenten las historias o hazañas
de los narcos, engrandeciendo su figura, mostrando que es mejor vivir un año
como rey al margen de la ley, que 50 años como "buey" siendo gente de
bien y viviendo en paz dentro de las normas que dicta la sociedad.
Leo
gente indignada en las redes sociales todos los días, que si la violencia esto,
que si la violencia aquello, que si la delincuencia organizada, que si los
delincuentes, pero mucha de esta gente
son consumidores de esa clase de música.
Nos
asustamos e indignamos por hechos violentos, pero no somos capaces de tener la
cultura de la denuncia, cuando la gente es testigo de un delito prefiere callar.
En verdad es momento de generar una historia y rumbo diferente para nuestros
niños y jóvenes, nos toca a los adultos poner el ejemplo, no permitas que tus
hijos consuman este tipo de música, novelas, series, que solo hacen apología
del delito de narcotráfico.
México
sangra todos los días, ¿que acaso no hay suficiente violencia en las calles
como para permitir que los generadores de esa violencia entren a nuestra casa
convertidos en leyenda en una canción? Vivimos en un país libre, por supuesto,
pero aplicar sentido común y ser conscientes de lo que consumimos, no le hace
daño a nadie.
Ya
basta de solo quejarnos y no hacer nada, debemos tomar la parte que nos toca de
responsabilidad e iniciar con un cambio que a la larga favorecerá no solo a los
miembros de nuestra familia, sino a la sociedad misma. Recordemos que la
prevención es la mejor acción.
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