LO QUE SE QUEDA EN EL TINTERO...

MARISOL MADERO PLASCENCIA
CRIMINÓLOGA

Cuando alguien toma la decisión de terminar con su vida, deja detrás de sí, una historia que queda inconclusa, deja personas que se quedan con mil y un preguntas que jamás tendrán respuesta, se queda un halo de incertidumbre entre los amigos, vecinos, conocidos, el suicida sin saberlo sin poder darse cuenta lo que está pasando después de su partida, nunca entenderá el estigma con el que cargará su recuerdo, un proceso de duelo por la pérdida de alguien que amamos, de por si es complicado cuando la causa de la muerte es natural o haber sido víctima de algún accidente, pero el proceso de duelo por la pérdida de alguien que cometió suicidio es mucho más complicado y doloroso aún.

Por lo general (sino es que siempre) cuando en la ciudad se comete suicidio, los medios de comunicación cubren la nota, por desgracia no todos lo hacen de una manera ética, los familiares de los suicidas generalmente tienen que lidiar con comentarios absurdos, ofensivos, dolorosos, cuestionadores, instigadores y la lista sigue. Los medios de comunicación cibernéticos son más propensos a generar que se desate la ola de comentarios en torno al suicidio. Además de estar cargando con su pena, tienen que lidiar con personas sin sentido común y sobre todo sin un ápice de empatía. 

A todas estas personas se les olvida que los suicidas tienen familia, madre, padre, hermanos, hijos, pareja, amigos, y que esas personas probablemente tienen acceso a los medios cibernéticos y podrán leer todos y cada uno de los comentarios. Es muy triste y frustrante que las personas no entiendan que el suicida no es un “cobarde” no es un “perdedor” ni mucho menos todos los descalificativos que se les atribuyen. Las personas con ideación suicida o que consuman el acto, pasan por un periodo en el que buscan “terminar” con el problema que en ese momento atraviesan o puede ser síntoma de alguna enfermedad como la depresión, entre algunas otras.  

Escribir o hablar sobre el tema de suicidio siempre es complicado, pero lo que si me queda claro es que necesitamos como personas, como sociedad en general, estar capacitados en el tema, conocer y saber aplicar los primeros auxilios psicológicos, aprender a identificar o prevenir este tipo de conductas, que no solo laceran a la familia sino a la sociedad misma. Es momento que los medios sean socialmente responsables y se den cuenta del peso que tienen en la sociedad, el buen manejo de una nota es fundamental y puede incluso ser un parte aguas en la sanación de la familia o en un duelo mal llevado, incluso pueden ocurrir situaciones más graves como otro suicidio.

Es tiempo de iniciar, de que empecemos a generar cambios, que nos documentemos, que seamos empáticos, que pensemos muy bien lo que vamos a opinar o escribir sobre estos temas en las redes, o lo que comentemos en una nota que hable de suicidio. Es tiempo de dejar de hacer las mismas cosas de siempre. Los medios de comunicación que tienen páginas cibernéticas, podrían empezar por eliminar comentarios ofensivos de sus notas, de no darles espacio a esas personas que solo lastiman más a los dolientes, que solo se mofan de la situación. No sé cuántas personas leerán esta nota hoy, lo que si se, es que con una sola persona que logre al menos ponerse a pensar sobre este tema y busque documentarse, capacitarse, entender que es lo que pasa con estos actos, con una sola persona que logre darse cuenta que puede cambiar su opinión o actitud, con una sola persona que transmita esta información a otra y la haga reflexionar, con eso me doy por bien servida. El trabajo con los medios de comunicación es un poco más complicado, pero estoy segura que como medios socialmente responsables, podrían sumarse a la no estigmatización del suicidio.


Les agradezco llegarán hasta esta parte de la nota, y recuerden, la mejor acción es la PREVENCIÓN. 


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