Crónica de una discriminación masiva


Marisol Madero Plascencia 
Criminóloga

Quisiera escribir tanto al respecto a la mentada marcha por la familia que tuvo lugar no solo en nuestra ciudad, sino en el resto del país, entiendo y comprendo perfectamente que la diversidad no solo es en el ámbito sexual, sino también de pensamiento. He leído, visto y escuchado, diferentes opiniones al respecto, válidas, si, por supuesto, ya que todos tenemos el derecho de pensar o decir lo que así creamos conveniente, en nuestra país tenemos derechos que no podemos pasar por alto y uno de ellos claro, es la libertad de expresión, pero así como todos y cada uno de los ciudadanos mexicanos tenemos el derecho de la libre expresión, por lógica todos los mexicanos tenemos el derecho a no ser discriminados.

Tenemos el derecho de exigir que el Estado sea Laico, porque algo se debe de reconocer, que la marcha, está atentando contra los derechos de la comunidad diversa. No se puede exigir “algo” queriendo pasar por encima de los derechos de los demás, insisto todos tenemos derechos en nuestro país, el manifestarse es uno de ellos, pero lo que no es nuestro derecho, es salir y exigir “algo” que es derecho del otro. Por desgracia no pude estar presente en las marchas del día sábado, me hubiera encantado poder asistir, observar a la gente y ver como se pretende atropellar al otro, solo por ideologías y no con argumentos sólidos y válidos.

Existe demasiada desinformación al respecto de este tema, ni cuenta se dieron los que fueron a marchar, que se manifestaron engañados, esos que fueron a manifestarse para decir que la familia debe ser conformada por mamá y papá, además de un “montón” de cosas más, déjenme decirles que fueron manipulados, si, fueron manipulados por su iglesia, por una religión que hace cientos de años llegó a nuestro país de la misma forma, engañando y manipulando, hace falta leer, documentarse, investigar, investigar bastante, vivimos en pleno siglo XXI ya no podemos dejar que unos cuantos pienses y decidan por nosotros, sin cuestionar.

Tengo amigos que están a favor de las familias heteronormativas, tengo amigos, familia y yo misma que estoy a favor de cualquier tipo de familia, no podemos seguir definiéndonos como sociedad en base a nuestras preferencias sexuales o en base a con quien queramos vivir y formar una familia, porque familia no solo es compartir una casa con personas, el concepto familia es mucho más sólido que eso.

Creo que es momento de dejar de discriminar a los demás por el simple hecho de ser diferentes, por tener preferencias sexuales distintas a las tuyas, basta de poner etiquetas, basta de sentirnos moralmente obligados a juzgar al otro y señalarle en lo que según nosotros creemos que está mal, es momento de hacer un alto y ser tolerantes, ser tolerantes con todas las personas, es difícil más no imposible.

Se supone que las personas que salieron a marchar a favor de la familia “normal”, son creyentes o profesan una religión, se supone que están obligados a amar a su prójimo como así mismo, el que ama a su prójimo no juzga ni se siente con la “obligación” de corregir al otro o discriminarlo por ser distinto.

Es excelente esa frase que tanto hemos visto, el amor es amor, punto. Sin más, sin adornos, sin posturas, además familias “buenas” o familias “malas” no son determinadas por la sexualidad de sus miembros, sino de otras cuestiones.

De verdad los invito a que reflexionen y se documenten, no se dejen llevar por lo primero que les dicen. La tolerancia y el respeto por los demás, es la mejor acción para prevenir ¿qué? la discriminación en primera instancia.



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